Parquet en la cocina, ¿Sí o No?

Cuando pensamos en un piso, se nos viene a la mente que sea bonito, resistente a la humedad y fácil de mantener limpio, bien sea en una sala o una cocina. Sin embargo, nos hacemos la siguiente pregunta: ¿Los requisitos antes mencionados desacreditan los pisos de madera, también llamados parquets? Pues no, porque el parquet y el mosaico de madera debidamente asegurados e instalados se pueden usar en cualquier espacio durante muchos años, por lo que te aconsejamos qué madera es mejor y cómo protegerla y cuidarla.

Desgaste versus resistencia

El piso de madera está particularmente expuesto al desgaste, por lo que las preocupaciones sobre la instalación de tablones de este material en su superficie están bien fundadas. Entre los espacios de la casa, por ejemplo, es en la cocina donde caen al suelo cubiertos, platos, detergentes y otros líquidos. Por otro lado, el piso de la sala también está sujeto a un uso intensivo como resultado del tráfico intenso y puede desgastarse un poco, decolorarse y abollarse. Para que esto no suceda, el piso debe estar hecho de una especie de madera adecuada y protegida profesionalmente por expertos como los que se encuentran en la empresa de Reforma Zaragoza, lo que dará como resultado su vida durante décadas, haciendo que las habitaciones sean agradables, cálidas y seguras. Además, el suelo de madera tiene otras ventajas: encaja tanto en muebles de estilo moderno como rústico, nunca pasa de moda y crea una superficie uniforme sin las juntas que se ensucian fácilmente entre las baldosas.

Cómo elegir el tipo de madera

No hay duda de que la madera es perenne, pero entre sus especies hay tipos más y menos duraderos. De los suelos de madera disponibles, la mejor opción es el parquet o los tablones de madera maciza, que pegados a la capa de hormigón, pueden renovarse en el futuro, es decir, rasparse, lo que devolverá su antiguo esplendor, además que estos elementos se pueden proteger adicionalmente con barniz. Cuando se trata de especies de madera autóctonas, el fresno, el roble y la haya funcionan mejor que las exóticas, más duras, pero también más caras.

También se debe recordar elegir madera de primera calidad, con un color uniforme y un veteado parejo, sin nudos. Durante la instalación, conviene aplicar una ligera pendiente del suelo desde los armarios o hacia el centro de la cocina, para que, si aparece agua debajo de los muebles, la notemos más rápido y la retiremos fácilmente.

El cuidado y mantenimiento es vital

Por último, el cuidado y mantenimiento adecuado del piso de madera prolongará su vida útil y su encanto estético, para lo que deben utilizarse preparaciones especializadas adecuadas que no dañen la superficie, como agentes para la limpieza de suelos barnizados.

En conclusión, la instalación de un suelo de madera en la casa no debe generar miedo, ya que la condición en la que permanecerá mejorará gracias a una buena protección. Es cierto que mantener un suelo de la mejor calidad es más exigente y requiere más tiempo que, por ejemplo, suelos de cemento o baldosas, pero no se pueden subestimar sus ventajas: una superficie cálida y agradable, y sin imitar a las baldosas, disfrutará de un suelo de madera que dotará al interior de elegancia y confort.